Una semana después, Cristina Kirchner y Javier Milei protagonizarán el segundo round de una puja extremadamente polarizada que se observa con mucha notoriedad, básicamente en la provincia de Buenos Aires. La ex vice presidente estará este viernes en el distrito de Merlo donde, en una de sus “clases magistrales” volverá a la carga con el “sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido”. La misma consigna con la que irrumpió días atrás y provocó el cruce en las redes sociales con el Presidente argentino. Detrás de esta acción de Cristina Kirchner asoman diversas situaciones a tener en cuenta. Los números que manejan en el Instituto Patria y la idea de sostener lo propio en el conurbano bonaerense para, desde allí, tomar las riendas de las definiciones del peronismo ante el mosaico alterado que dejó la experiencia Fernández en el poder. ¿Se prepara para ser candidata? Javier Milei contestará el domingo con la presentación del proyecto de presupuesto 2025 sin deficit fiscal.
A esta altura, casi un año antes de las elecciones legislativas del 2025, el escenario político argentino asoma movido pero, en el fondo, sin grandes sorpresas en cuanto al alineamiento de las fuerzas políticas. La polarización está más vigente que nunca. Lo que cambiaron son los protagonistas. El sitio que antes ocupaba Juntos por el Cambio ahora le pertenece a la Libertad Avanza y del otro lado lo que se ordena o desordena como peronismo. La lógica que venimos sosteniendo en este espacio es, ahora, la del “mileismo y el anti mileismo” cuya representación del anti está, claramente, en el kirchnerismo y, sobre todo en la figura de Cristina Kirchner. La ex Presidente decidió acelerar. Por varias cuestiones. Una de ellas, por los números que maneja en sus oficinas del Instituto Patria que le devuelven un panorama de estrecha puja con La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires. Y donde el Conurbano es el bastión que aún conserva.
Allí estará este viernes donde será recibida en la sede de la Universidad del Oeste cuya influencia política está bajo la órbita del gobierno local que conduce Gustavo Menéndez. La elección del sitio no es antojadiza y presume de señales por lo que sucedió ya en otras oportunidades. El distrito de Merlo es el más populoso de la primera sección electoral y el voto del peronismo es mayoritario elección tras elección. Desde el 2015 lo gobierna Menéndez, quien ha construido una relación de estrecha cercanía con Cristina Kirchner a punto que en otras ocasiones, cuando la ex Jefa de Estado tuvo que lanzar candidaturas, viajó a esa geografía. En esta lógica, no debería pasar por alto el diálogo que el jefe local mantiene con el Papa Francisco, a quien ha visitado en muchas oportunidades y este año no fue la excepción. Según trasciende, la mirada del sumo pontífice está muy cerca de la realidad que se vive en el conurbano bonaerense. Sus mensajes son permanentes y no sólo a través de los sacerdotes.
Entre los datos que observan con mucho detenimiento en las oficinas de Cristina Kirchner como en las de importantes dirigentes bonaerenses, se destacan algunos que empiezan a configurar un mapa relevante. Sabido es que la provincia de Buenos Aires es la madre de las batallas electorales y la caja de resonancia nacional. Hasta ahora Javier Milei ha sorteado con éxito el arte de llegar a la presidencia sin ganar la provincia. Nunca había sucedido en la historia reciente de Argentina. Y aunque ha logrado avanzar casilleros en la consideración pública entre los sectores más necesitados de la población, el peronismo mantiene preponderancia en las preferencias de los habitantes del GBA.
Una de las consultoras que más miran los políticos no suele publicar sus informes en los medios. En el respeto de esa decisión, el acceso a la información se torna relevante para saber en qué datos se están apalancando quienes observan posibilidades electorales para Cristina Kirchner el año próximo. E incluso dónde están los riesgos a mirar para el oficialismo bonaerense.
Para los habitantes de la provincia de Buenos Aires, según este estudio, el principal problema de Argentina es la corrupción (30,6%) y luego la pobreza (16,3%). La inflación (14%) cayó al cuarto lugar detrás del desempleo (15%). Aquí claramente hay un éxito del gobierno de Javier Milei que hasta el mismo Juan Grabois reconoció en reciente entrevista. Lo repite hasta el cansancio el Presidente cuando advierte que su “Job description” tiene dos elementos: terminar con la inflación y la inseguridad. Sobre este último punto, Milei pone el ejemplo de Rosario pero no menciona el conurbano bonaerense cuya responsabilidad le asigna – y es lógico – al gobernador Axel Kicillof.
En la línea de esos datos, casi el 56% de los bonaerenses cree que su situación está peor que antes, donde mayormente eso lo piensan lo que votaron el año pasado a Massa. Cuando la consulta es por la evaluación de la gestión del gobierno nacional, el 85% de los que votaron a Massa cree que es negativa y el 82% de los que votaron Milei sostienen que es buena. En tanto, la misma pregunta sobre el gobierno de Axel Kicillof arroja una evaluación negativa del 55% y de 43% positiva. Aquí se repite una constante, mayormente los que votaron a Massa en 2023 ven como buenos ojos la gestión bonaerense y los votantes de Milei con malos ojos.
La observación que hay de la imagen de Milei y de Cristina Kirchner es muy pareja en la provincia de Buenos Aires. El Presidente de la Nación tiene un 54% de imagen negativa y 44,9% de positiva, en tanto que la ex Vice es mal mirada por el 56% y bien por el 42%, siendo que ella obtiene mejores números en el conurbano y Milei en el interior. De todas maneras, en un contexto donde todos los dirigentes ostentan más imagen negativa que positiva, se destaca Victoria Villarruel quien cosecha un 50% de imagen negativa y un 47% de positiva. Quizá no sea la única explicación pero sí ayuda a entender el mensaje de Cristina Kirchner para aquellos peronistas que han decidido creer que Villarruel podría enrolarse en las filas del peronismo, o incluso constituir una alternativa al gobierno de Milei y a ella.
Esa hipótesis podría basarse en otro dato que arroja este trabajo privado en manos de Cristina Kirchner pero también del gobierno. Cuando se consulta a los bonaerenses a qué espacio político votarían si las elecciones parlamentarias fueran este domingo, la paridad es total: 29,5% lo haría por la Libertad Avanza, el 28,6% al Kirchnerismo, el 14, 6% a un espacio peronista no K y el 11,1% al Pro. Como se ve las terceras alternativas en un marco tan polarizado son materia de apetencia para el oficialismo quien ha puesto manos a la obra para ello. El “pac man” de Javier Milei ya opera sobre jefes comunales del conurbano para tentarlos y que puedan crear un espacio que le discuta el poder de ese electorado a Cristina Kirchner. En la última semana quedó demostrado no sólo en el trabajo político que viene haciendo el vice jefe de gabinete Lisandro Catalán – hombre del conurbano – sino con el propio Presidente Milei quien recibió primero a un grupo de diputados radicales para evitar que el veto a la ley de actualización de los haberes jubilatorios sea rechazado y luego hizo lo propio con senadores ante el DNU de fondos reservados de la SIDE. Una muestra de “real politik”. Parte de esa movida fue gestada por el diputado libertario Carlos Dalesandro. El legislador representa al pueblo de la provincia de San Luis donde vive hace muchos años, pero sus orígenes y formación política son en el peronismo de la provincia de Buenos Aires. Para más exactitud, en La Matanza.
A todo esto hay que sumarle el armado que aceleró La Libertad Avanza en Buenos Aires. Allí se encamina a la candidatura de José Luis Espert quien se mostró junto a los coordinadores secciónales que tienen la tarea de armar lo propio. En definitiva, al final del camino tallarán los poderes territoriales. La coyuntura económica hará lo suyo y definirá si profundiza un enfrentamiento o logra ampliar la base de sustentación libertaria.
Del mismo modo que Milei seduce a Intendentes peronistas del GBA, les envía un misil envenenado al prohibir que las empresas de servicios públicos puedan incluir tasas municipales en las facturas de la luz y el gas. Si bien el tema ya concitó reuniones y seguramente se judicializará por la afectación a las “autonomías municipales”, logra un objetivo: exponer el tema que para muchos pasaba desapercibido. De repente, ahora los jefes comunales también son culpables de la inflación. El tema no es nuevo. Ya en la campaña legislativa del 2005, “Chiche” Duhalde puso sobre la mesa lo que se cobraba en las facturas de Edenor y Edesur de un fondo para la provincia de Santa Cruz. La provincia de los Kirchner. Pasaron casi 20 años de aquello. Por lo que se ve, en la Argentina muchas cosas parecen haber cambiado demasiado, pero otras tantas, casi nada.