Sergio Massa acelera. Metáfora en tiempo escasos de combustibles. Hacerlo implica consumirlo la energía más rápido. Sí aprovecha la ventaja del impacto que dejó haber sacado una diferencia de siete puntos sobre Javier Milei para profundizar la campaña que le ha dado resultado para torcer un destino que asomaba sellado. El Ministro de Economía tiene la virtud de transformar un pasivo en un activo. Sucedió con el faltante de nafta en el primer fin de semana post elección. La situación, originada en el freno a la liberación de dólares para pagar importaciones, sobre todo a YPF disparó suspicacias internas y le permitió al candidato del oficialismo profundizar el modo de presentar su proselitismo comparando los precios o tarifas dependiendo quien gane. Una vez más, así como fue con el transporte, la discusión sobre el precio de la nafta está centrada, básicamente, en el Gran Buenos Aires.
En tanto, la campaña de Javier Milei busca reencontrarse luego del apoyo que recibió de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con las implicancias del caso en las turbulencias que dejan, por ahora, roto a Juntos por el Cambio. La intervención del la campaña del libertario, sobre todo en comunicación y fiscalización aún es un mensaje difuso que no ha llego con claridad a los territorios.
Jorge Asís solía llamar al gobierno de Mauricio Macri como el “tercer gobierno radical”, a eso le podríamos sumar ahora que el ex presidente busca, a travez de Javier Milei moldear lo que sería “el segundo gobierno del PRO”. Con mayor pureza de la que él mismo pudo imprimirle entre 2015-2019. La prescindencia del radicalismo y de las palomas del PRO es lo que entusiasma al ex jefe de Estado.
De alguna manera, recuperó un protagonismo que había quedado en él eclipsado desde que decidió bajarse de la candidatura presidencial. Nunca debemos olvidarnos que, en definitiva, el ego es un elemento importante en los seres humanos y mucho más en quienes llegan a ocupar lugares de relevancia. Excluirlo del análisis no sería pertinente.
El resultado del 19 de noviembre terminará de moldear cómo se distribuirá el esquema político argentino. De ganar Javier Milei, quedará conformado un polo de derecha y obligará al radicalismo como al peronismo a buscar nuevas alianzas y jefaturas. De ganar Sergio Massa, el peronismo confirmará un nuevo liderazgo que intentará ir en la búsqueda de una nueva transversalidad bajo la denominación de gobierno de Unidad Nacional. En cualquiera de los casos, se asistirá a una atomización del tablero político en la argentina, con una clara demostración en el poder legislativo.
La campaña de Javier Milei ya ha sido intervenida. No sólo en el despliegue territorial sino en las principales figuras que lo venían acompañado y que ahora tendrán controladores. Todos ellos muy vinculados a Macri. Es más, se especula con el desembarco de los equipos de redes sociales que solía utilizar Marcos Peña cuando era Jefe de Gabinete. Con la candidatura de Milei, Macri cree jugarse parte de su futuro judicial, de allí el ahínco para darle impulso y explicar por qué no será neutral.
La euforia que rodeó a Sergio Massa en las horas posteriores a la elección del domingo, de alguna manera se empezó a moderar como es lógico en estas situaciones. Así como en su momento la semana posterior a las PASO se creía que el cisne negro era Javier Milei y su triunfo inexorable, ahora sucede algo similar con Massa, partiendo de la base que los pronósticos lo ubicaban en el balotaje pero muy pocos lo ponían ganando la elección a casi 7 puntos del economista.
En el entorno de Massa hacen el siguiente análisis en función de los resultados: “En cuanto al informe de transferencias electorales, de la PASO a la general, Sergio Massa creció fundamentalmente de los nuevos votantes o ausentes, de quienes votaron fuerzas que no llegaron a la general y de los blancos. Perdió algo menor de Grabois, pero mostró mucho dureza en la retención. En el caso de Javier Milei se ve que retuvo sus votos mejor de lo pensado, incluso recibió anticipadamente votos de Patricia Bullrich. Con ello logró llegar al 30%. Patricia Bullrich perdió con Javier Milei con ausentes, con Juan Schiaretti en la región núcleo que funcionó como dique, y retuvo un 70% los votos de Rodriguez Larreta.En cuanto a los datos de tracking, vemos una elección competitiva. No va a ser 70/30. Pero creemos que la vamos a ganar. En principio, golpeó mal a Javier Milei el pacto con Macri. Pierde electores de su propia tribu. En paralelo, peor aún en los moderados y radicales. Muchos prefieren la neutralidad pero los que migran prefieren mayoritariamente a Sergio Massa. Se apuraron”.
Los primeros sondeos que aparecieron en la semana posterior a las elecciones muestran, por ahora, un escenario algo más favorable a Massa pero con escasa diferencia. Lo más probable es que se repita algo similar a lo del 2015 cuando en el único balotaje de la historia argentina Macri se impuso por apenas un punto y medio a Daniel Scioli.
De todas maneras, tres semanas en la Argentina es poco tiempo pero suficiente para poder modificar escenarios. El desafío de Milei ahora es más complejo. Su discurso anti casta quedó devaluado por la necesidad de buscar apoyos en estructuras consolidadas.
Si no fuera por los enormes caminos subterráneos que conviven en la política argentina desde siempre, sería muy difícil entender por qué si Javier Milei construyó sus listas con amplio apoyo de Sergio Massa y dirigentes cercanos a él, termina cerrando un acuerdo con Mauricio Macri quien, sin dudas, es el objetivo número 1 de Sergio Massa a la hora de destinar broncas pasadas y presentes.
Como Sergio Massa asentó su triunfo en el Gran Buenos el objetivo es que esa región sostenga e incluso aumenten el caudal. ¿Hay espacio para hacer más de lo que se hizo? Es una pregunta recurrente que se hacen por estas horas en despachos municipales con la calculadora en la mano. Y recuerdan que el 22 de octubre movieron todo el aparato para llevar gente a votar que no lo habían hecho en las PASO. Es lo que se logra tras “peinar” el padrón. No están seguros de repetir esos operativos de la misma manera porque las candidaturas locales que eran las que le importaban ya están definidas. Además hay un elemento clave: quien pone la plata. Por eso, la apuesta no es tanto a la movilización propia sino a la ausencia de los rivales en un feriado largo turístico.
Cabe preguntarse si ahora La Cámpora que, así como maneja YPF, se ha quedado con varios territorios en la provincia de Buenos Aires pondrá el mismo ahínco para que Massa arrase en el balotaje, lo mismo que los intendentes que ya renovaron sus mandatos. No es que prefieren que gane Javier Milei, pero a ellos les caería mejor que de ganar Massa sea por un margen acotado. E incluso los peores pensados advierten que, con la provincia de Buenos Aires asegurada en la figura del gobernador Axel Kiciloff sea mejor estar parado en la oposición de un gobierno de derecha que en uno propio. Habladurías.
Pero de estas cosas se hablan en las mesas políticas bonaerenses. Un Massa potenciado desde la presidencia y con un balotaje altamente favorable, imaginan es un Massa en expansión de su Frente Renovador en todos los rincones a donde pueda llegar. Más si se tiene en cuenta que la mayoría de los intendentes que gobiernan no tendrán reelección en 2027.
Habrá que prestar atención a estas “sutilezas” y a cómo vaya dosificando sus apariciones Cristina Kirchner en la campaña al 19 de noviembre. Ya dio un paso al enviarle un mensaje a Juan Grabois pidiendo un esfuerzo adicional para ganar las elecciones de segunda vuelta.
Una de las grandes incógnitas es qué pasará con la estructura que aún perdura de Juntos por el Cambio en el gran Buenos Aires. Después de la elección del 22/10 quedaron pocas municipalidades en pie y aún los intendentes no se pronuncian. A saber, en la estratégica tercera sección electoral, no hay más municipios gobernados por JXC. Es un problema adicional para Macri poder movilizar la estructura de los referentes ya que al no tener el gobierno provincial y haberse acotado la presencia territorial es más difícil seducir con cargos en futuras administraciones para poder incentivar a la alicaída tropa.
Es verdad que en una segunda vuelta el conteo y la fiscalización es muy rápida, pero como cada voto cuenta, ajustar esos detalles será determinante. Por ahora, reina la confusión en los referentes del PRO bonaerense. No hay pronunciamientos claros. La mayoría ante las consultas aseguran que serán neutrales y prestarán colaboración si antes hay un acuerdo político. Es un mensaje más que claro: ¿Cuál será la mía?. Las necesidad políticas suelen convertirse en excelentes oportunidades de negocios privados.