La Doble Función de Sergio Massa
Sergio Massa, en su doble papel como Ministro de Economía y pre candidato a presidente, se encuentra dedicado a sanar heridas para llegar a las PASO como una bisagra clave. En el seno de Juntos por el Cambio, las tensiones internas persisten y la tregua prometida no se vislumbra con claridad. En el caso de Javier Milei, el cierre de las listas está generando los últimos coletazos, poniéndolo en una incómoda posición debido a acusaciones cruzadas sobre el origen de las candidaturas. Bienvenidos a la «realpolitik».
La Perspectiva Política y su Variedad de Enfoques
La manera en que observamos los acontecimientos políticos no siempre es la misma, y en gran medida, los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en esta diversidad de perspectivas. Tomemos, por ejemplo, el concepto de los famosos «barones del conurbano bonaerense,» un término acuñado en su momento para describir la forma de controlar los territorios que gobiernan. Sin embargo, la vara siempre ha sido diferente dependiendo de si se trata de un jefe comunal peronista o uno radical. Dos casos notorios fueron los de la familia Posse en San Isidro y Enrique «Japonés» García en Vicente López, quienes, por el simple hecho de no ser peronistas, fueron y son tratados de manera distinta.
Heridas del Pasado y Controversias Actuales
Estas diferencias de trato arrojan luz sobre las heridas que aún persisten debido al cierre de las listas en las coaliciones que competirán el 13 de agosto. La controversia radica en la supuesta manera en que Libertad Avanza habría influido en la definición de candidaturas en gran parte del país, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Las denuncias de acuerdos con sectores del oficialismo, incluyendo a Sergio Massa y a los intendentes locales, inundaron las noticias de la semana, así como las acusaciones de posibles pagos para obtener ciertas candidaturas.
Sin embargo, es importante adentrarnos en la realidad de cómo se hace política en el conurbano bonaerense, y en cualquier otro rincón de Argentina, para desmitificar la creencia de que solo los peronistas practican «malas prácticas». Según se ha informado, dos influyentes líderes del Gran Buenos Aires en Juntos por el Cambio ejercieron presiones, e incluso amenazas extorsivas, para que en sus distritos se retirara la lista de Javier Milei. Uno de ellos está alineado con Horacio Rodríguez Larreta, mientras que el otro respalda a Patricia Bullrich.
Aparentemente, para estos alcaldes, la existencia de la lista libertaria ponía en peligro su permanencia en el poder local y complicaría su control sobre el próximo concejo deliberante. Un caso destacado ocurrió en Tigre, donde señalaron a Malena Galmarini como la encargada de influir en la conformación de la lista local de Javier Milei. No obstante, los desacuerdos se remontaban a antes de este episodio. Un representante había acordado postularse como intendente y luego aspiró al primer lugar de la lista de concejales, sabiendo que podía quedarse fuera. Esto marcó el principio del fin.
Testimonios y Realidad Política
El miércoles, varios candidatos locales a intendente de Libertad Avanza publicaron videos en los que relataban cómo se definieron las candidaturas, asegurando que nadie les exigió nada a cambio. En realidad, lo que sucedió es una práctica común en la política: «para jugar, hay que poner». En otras palabras, es necesario respaldar la campaña. Llama la atención el idealismo temprano de algunos, como si fueran ajenos a estas realidades políticas. Si algo se le puede reprochar a Javier Milei, es su discurso profundamente anticastas. Su incursión en el sistema político actual requería adentrarse en terrenos complejos. Nadie puede construir un partido nacional en dos años sin forjar acuerdos con aquellos que ya han estado en el juego. Creer lo contrario es pura ilusión; sencillamente no es factible.
Javier Milei tiene razón al pedir que se evalúen sus acciones con la misma lupa que se utiliza para examinar a los demás. Peca de ser un recién llegado y de cuestionar el sistema que pretende cambiar, pero al que, inevitablemente, tuvo que unirse.
Las Acusaciones Contra Carlos Kikuchi
Hasta ahora, Carlos Kikuchi ha sido uno de los responsables nacionales de Libertad Avanza y ha sido señalado como alguien que supuestamente solicitó dinero a cambio de candidaturas. Kikuchi niega rotundamente estas acusaciones y afirma que «las denuncias realizadas por Juan Carlos Blumberg son falsas; jamás me he reunido con él ni he discutido sobre ninguna candidatura. Por lo tanto, estoy lejos de haber solicitado algo». Vale la pena mencionar que el empresario se hizo famoso debido al asesinato de su hijo, Axel, y afirmó que se requerían 50 mil dólares para obtener ciertas nominaciones. Ser concejal en la provincia de Buenos Aires con un salario mínimo equivale a estar al borde de la línea de pobreza. En las próximas horas, Kikuchi planea presentar una demanda contra Blumberg e incluso podría decidir mostrar mensajes de texto en su teléfono celular que sorprenderán a más de uno.
La Estrategia de Sergio Massa
Mientras tanto, Sergio Massa acelera su candidatura al observar una oportunidad, a pesar de la golpeada economía. «Está más Massa que nunca», lo describe un experimentado dirigente que lo conoce en detalle. En términos políticos, sus primeras acciones son las de sanar heridas y fomentar la sensación de unidad en el oficialismo, en contraste con Juntos por el Cambio. «Lo que menos quiere la gente es que, además de no resolverles los problemas, estemos peleando entre nosotros», añade un funcionario con experiencia. Hasta el momento, el Ministro de Economía ha logrado reunir a numerosos líderes a su lado. El sábado pasado, inició su campaña acercándose a la gente. La estrategia de Massa combina su experiencia previa a 2013 y posterior a esa fecha.
En ese momento, ganó las elecciones intermedias como un emergente de una sociedad cansada del kirchnerismo, uniéndose a intendentes que crearon el Frente Renovador. Después de su victoria, se desvió hacia la acumulación de dirigentes, alejándose del contacto con la gente, un error que pagó caro. Ahora busca equilibrar ambas facetas, una tarea esencial en cualquier proyecto político. No puede distanciarse por completo de Cristina Kirchner, pero tampoco puede mantenerse muy cerca. Esta es la etapa que debe atravesar hasta el 13 de agosto. «Es la gloria o devoto», comentan en su entorno.
En su búsqueda de unidad, Massa no se involucrará en actos para apoyar a candidatos que compitan en internas locales, excepto en Tigre, donde lideró una gestión esta semana, ya que su esposa, Malena Galmarini, compite contra Julio Zamora. La aceptación de la postulación del alcalde fue decidida por orden de Cristina Kirchner. Por lo tanto, el sábado pasado, Massa se alejó de cualquier acto en el que tuviera que cruzarse con ellos. El presidente del PJ bonaerense estuvo en Hurlingham primero y luego en Merlo. La diferencia entre estos dos distritos radica en la situación local. Mientras en Hurlingham se desarrolla una feroz contienda interna, en Merlo, la lista de Unión por la Patria es única. Por eso, Axel Kicillof estuvo presente. Como una nota al pie: ¿Es cierto que no se saludó con Máximo Kirchner cuando llegó al acto? Son solo rumores.
La Osadía de Sergio Massa
La valentía de Sergio Massa es digna de admiración. Asumió el cargo de Ministro de Economía en un momento en el que nadie quería hacerlo. Desde entonces, se ha propuesto construir su candidatura presidencial, una tarea difícil de explicar en cualquier lugar del mundo con niveles tan elevados de inflación. Ahora, se enfrenta al desafío más grande: contradecir a Cristina Kirchner, quien supuestamente permitió que fuera candidato, a pesar de lo improbable del triunfo. Hasta ahora, Massa ya ha logrado sembrar dudas en sus oponentes en las etapas iniciales de la campaña, un logro significativo.